Entre aulas y páginas: la vida de Serafín Bautista

Un hombre que ha dejado su huella impresa en los libros y la educación, demostrando que se pueden ejercer dos grandes pasiones al tiempo con dedicación y amor.

En los callejones del tiempo y las esquinas del recuerdo, la vida de Serafín Bautista Villamizar se despliega como un laberinto mágico donde lo cotidiano y lo extraordinario coexisten en perfecta armonía. Como si las palabras hubieran tejido un hechizo sobre su existencia, Serafín se sumergió en el río de la literatura con la misma intensidad con la que Don Quijote persiguió sus quimeras y encontró en las historias de su Colombia natal un caleidoscopio de colores y emociones que se entretejieron con su propia alma.

Su vida se ha convertido en un viaje al corazón de la creatividad, donde las palabras son la brújula y la pluma. La espada que desafía molinos de viento en busca de la verdad y la belleza, instrumentos que usa Serafín, un alma destinada a escribir, un salvaguarda de la literatura y un testigo de la vida a través del lente de la palabra.

Serafín Bautista Villamizar, oriundo de Arboledas, Norte de Santander, guarda su historia bajo llave. Nació el 17 de noviembre de 1957, pasó su juventud en su tierra natal, donde cursó la escuela y el bachillerato antes de emprender su viaje universitario. Su búsqueda de conocimiento lo llevó a Tunja, donde se realizó su licenciatura, maestría y especialización en literatura, gramática y conversación inglesa.

Serafín dedicó sus primeros años a la docencia, trabajando en Villa Caro. Posteriormente, su trayecto lo llevó desde Villa Caro pasó a Durania y luego al corregimiento Agua Clara, Puerto Santander. Desde allí, presentó una prueba para ser rector, la cual ganó y lo llevo a ser rector del Colegio Departamental Femenino de la Trece. Luego, se trasladó a la Institución Educativa Simón Bolívar y más adelante, asumió el cargo de secretario de educación de Cúcuta en 2011.

Después de su tiempo en la secretaría, regresó a las directivas y durante los últimos seis años, ha estado a cargo del Colegio Municipal María Concepción Loperena, que se formó tras la fusión del antiguo CASD y el Colegio Municipal. El colegio es conocido por su enfoque inclusivo, ya que se esfuerza por acoger a estudiantes con dificultades académicas o de comportamiento, brindándoles la oportunidad de mejorar y formándolos con respeto.

Además de su labor administrativa, Serafín se ha destacado como escritor y ha publicado tres novelas: «Del Silencio al Abismo«, «La Ruta del Regreso» y «Memorias de un Silencio Compartido«. También es autor de numerosos cuentos, artículos y poemas. Su pasión por la escritura surgió hace décadas cuando tuvo la alegría de ver publicados dos cuentos en el suplemento literario del Espectador.

Serafín es un apasionado por la literatura y la cultura y ha sido un miembro activo de la Asociación de Escritores de Norte de Santander. También ha promovido la literatura a través de talleres y su participación en eventos culturales. Su labor artística refleja su formación académica en lingüística y literatura, así como su maestría en la misma área. Combina su enfoque académico con su creatividad y pasión por la escritura.

El ímpetu que lo caracteriza por escribir lo ha llevado a ganar muchos reconocimientos, entre ellos el participar en la segunda y tercera feria internacional del libro en Bogotá; ocupar el tercer puesto en el Concurso Nacional de Cuento de la ciudad de Barrancabermeja y consagrarse entre los semifinalistas del Concurso Nacional de Cuento realizado por el Ministerio de Educación y RCN en 2015, donde participaron más de 24.000 escritores de Colombia, logrando posicionarse entre los 10 mejores literatos del país.

«Yo escribo para compartir, no para competir».

Serafín Bautista Villamizar.

Desarrolló un amor innato por las palabras y las historias. Cuando se le pregunta sobre su pasión por la escritura, Serafín a menudo describe la escritura como una forma de comunicación y expresión que trasciende las limitaciones del tiempo y el espacio. Para él, escribir es como tejer un puente entre su mente y el mundo exterior, permitiéndole compartir sus pensamientos y emociones de una manera significativa.

Para Serafín, la literatura es un medio a través del cual se puede explorar la complejidad de la condición humana. A lo largo de su carrera como escritor, ha abordado una variedad de temas, desde la soledad y la nostalgia hasta la esperanza y la resiliencia. En sus novelas y cuentos, a menudo se sumerge en las vidas de sus personajes, explorando sus motivaciones, anhelos y luchas. Considera que la literatura es un espejo en el que los lectores pueden reconocerse y reflexionar sobre su propia existencia.

Además, él se considera un observador apasionado de la vida cotidiana. Encuentra inspiración en las pequeñas historias que a menudo pasan desapercibidas, en las conversaciones en el mercado o en las miradas fugaces en la calle. Su capacidad para capturar la esencia de estas experiencias en sus escritos es uno de los aspectos más destacados de su obra. Cree que la literatura tiene el poder de transformar lo común en algo extraordinario y al hacerlo, puede inspirar a los lectores a apreciar la belleza en lo cotidiano.

«Mis inquietudes, curiosidades, lo que veo y siento me lleva a escribir; tengo esa sensibilidad que todos los escritores debemos tener».

Para Serafín, la escritura y la literatura también son una fuente de consuelo y reflexión personal. En momentos de alegría y dificultad, ha recurrido a la escritura como un refugio emocional y una forma de dar sentido a sus propias experiencias. Sus obras a menudo reflejan sus propios sentimientos y pensamientos, lo que le permite procesar sus emociones y entenderse mejor a sí mismo.

Se consagra como un firme creyente en el poder de las palabras para transformar vidas y sociedades. A lo largo de su carrera como docente y escritor, ha compartido su pasión por la literatura con sus estudiantes y colegas, alentándolos a explorar su propia creatividad y apreciar el mundo a través de la escritura.

A pesar de los desafíos, Serafín continúa escribiendo y compartiendo su obra con el mundo, tanto a nivel nacional como internacional. A medida que se acerca a la jubilación, su visión se centra en seguir escribiendo y compartiendo su conocimiento y creatividad con nuevas generaciones de estudiantes y lectores.

«Ver que inspiro a otros alimenta mi espíritu, hace crecer el alma, me motiva a seguir trabajando, a seguir estudiando, a seguir escribiendo para dejar un legado cultural»

Es por eso que con su pluma, unas cuantas hojas y pasión, ha dedicado su vida a la educación y la literatura, dejando una huella duradera en la comunidad educativa y literaria de Norte de Santander. Un legado que continuará inspirando a generaciones futuras de escritores y amantes de la literatura.

Redacción: Jeison Beltrán

Publicidad