Norte de Santander no se caracteriza por tener la mejor infraestructura vial de toda Colombia; sin embargo, durante el último año, el departamento ha presentado un alza en los problemas viales que han afectado a un sin fin de personas, que a causa de estos fallos, han quedado aisladas de las demás comunidades.
Si bien, muchas de las afectaciones se han producido por deslizamiento de tierras por las fuerte lluvias, las carreteras terminan siendo autenticas trochas de barro y piedra, que muchas veces se convierten en un calvario para quienes intentan y deben transitarlas.
Corredores viales como ‘El Tarrita’ que conecta los municipios de Ocaña y Cúcuta se ha visto afectado, cuando hace más de cuatro meses ocurrió una avalancha que generó un desbordamiento del rio Tarra, causando el cierre de la vía desde mayo de 2023, y que hasta la fecha no ha podido ser solucionado por la precariedad vial en la zona.
La posterior instalación de dos puentes metálicos para permitir el tránsito corriente de automotores, se ha retrasado ya dos veces a casusa del ‘Fenómeno de la Niño’ y aún está a la espera de mediados de octubre de 2023 para reanudar el paso en la zona. A esto se le suma que por la avalancha, el terreno quedó desnivelado, ocasionando que con un poco de lluvia se desborde el rio constantemente y los pobladores del sector deban crear caminos improvisados.
En días recientes, en el sector de el Alto del Pozo, uno de los carriles fue afectado por el desbordamiento de la bancada, inhabilitando toda una noche el paso de vehículos y personas mientras se atendía la situación. Según, el Instituto Nacional de Vías (Invías), en esta vía son al rededor de 18 puntos críticos que deben ser atendidos, pero la falta de recursos impide que se adelanten trabajos de mejora en la infraestructura vial.
Ábrego y Villa Caro, también se han convertido en dos de los municipios con mayor problemática en cuanto a vías del departamento. Dejando a los habitantes de la zona con grandes pérdidas económicas y en situación de crisis por la falta de alimentos, que se ven retrasados por la carencia de buenos tramos viales.
Habitantes de otros municipios del departamento como Cucutilla, Pamplona o la vereda de Guayabito, han quedado parcialmente incomunicados por el pésimo estado de las carreteras y caminos que conectan al departamento viéndose forzados a buscar alternativas viales que no están destinadas al paso vehicular y que representan grandes riesgos.
Por su parte, las comunidades, cansadas de esto, han tomado acciones cerrando las vías con vehículos, para que el gobierno nacional les brinde soluciones de manera inmediata. Así como lo hicieron los habitantes del municipio de San Calixto, quienes por varias horas taparon la vía con buses prestadores del servicio de transporte en forma de protesta por el mal estado de la vía.
De la misma manera, la capital nortesantandereana, Cúcuta, posee vías paupérrimas, que si bien no se encuentran en tan mal estado como muchas otras de la región, la falta de calles con buenas condiciones en diferentes zonas de la ciudad, ha provocado una molestia inmensa en los habitantes.
Dichas molestias, transformadas en quejas, no solo se refieren a un tema de mejor asfaltado, sino de mantenimiento, donde la principal falencia se ve en los huecos inmensos sin cubrir que ocasionen accidentes tras accidentes y las autoridades encargadas de dar solución a la problemática hacen caso omiso.
En vista de ello, son los mismo cucuteños quienes se encargan de intentar arreglar las calles, señalizando con carteles y conos los huecos, para posteriormente taparlos cómo puedan con el fin de evitar accidentes que terminan en tragedias fatales.
Por otro lado, la mala gestión al crear las calles se ve reflejada, cuando fuertes lluvias caen sobre la ciudad, dejando zonas completamente inundadas, no solo en barrios, sino en calles principales como la avenida Libertadores y Guaimaral que se convierten en auténticos ríos y lagunas.
Las comunidades se están cansando, y conviven con esto, hasta el punto que han generado una simbiosis con la desastrosa infraestructura vial en el departamento, normalizando así, el mal estado de la misma, pues a su modo de ver, los gobiernos actuales ya no les hacen caso y los dejan a su suerte.
Y la pregunta que siempre se hacen es si el próximo alcalde, gobernador o presidente, se tomará el tiempo de dar una solución a esta problemática y mejorar la calidad de vida de los nortesantandereanos.