En el mundo de la música hay artistas que destacan por su habilidad para emocionar y conectar con el público a través de sus canciones, otros por su capacidad a la hora de crear paisajes sonoros que transportan a lugares que nunca se han recorrido, y otros son un conjunto de los anteriores, donde además, logran despertar sensaciones únicas y dejar una huella no solo musicalmente, sino en la mente de las personas. Músicos con poderes, con corazón y vida. Artistas que nacen para servir al arte y no son conscientes de ello.
El ser un artista resulta innato para él, crea su arte, pero sin darle el valor que otros le dan. La naturaleza de sus obras sorprenden a otros, y cuando le dan las criticas positivas y grandes reseñas, él mismo llega a sorprenderse con su creación y el poder que tiene no solo en sus manos, sino en la mente, una mente inundada de ideas aún por explorar.
Kevin Santiago Rondón Rueda, un artista que desde joven se ha dedicado a la música, arte que lo ha acompañado siempre; para él, el apoyo de su familia fue esencial y las libertades que le daban a la hora de crear y experimentar cosas, misma libertad que lo llevó a explorar el dibujo desde niño, actividad que recuerda con mucho agrado, pues mientras lo hacia silbaba, costumbre que heredó de su abuelo y fue su primer acercamiento musical.
«En el colegio me anotaron en el observador por silbar tanto, tenia la costumbre porque mi abuelo lo hacia mucho en la casa»
Kevin Rondón
En sus inicios y con desconocimiento sobre lo que realmente era el arte, Kevin veía sus acciones como un juego, algo que lo entretenían y ayudaban a saciar el espíritu juguetón de todo niño; sin embargo, dedicaba mucho tiempo a esto, quizá no todo el tiempo del mundo, pero eran largas jornadas de diversión donde hacer comics, esculpir con arcilla y silbar las melodías que le pedían amigos y familiares se convertían en su actividad más recurrente.
Esta diversión seguía firme cuando con 17 años empezó a componer sus primeras canciones, una forma de entretenerse y pasar el tiempo mientras decía qué estudiar, pero no todo suele ser diversión y alegría para siempre. Las expectativas de su familia, amigos y otros allegados fortalecieron una actitud de crear arte, algo que se convirtió en una responsabilidad por hacer música, y gestó el nacimiento de sentir que no hacer algo que es natural e innato para él se convertiría en desperdiciar la vida.
Bajo el nombre artístico ‘Kev Sanart’, su proyecto en solitario, esos sentimientos florecen en sus canciones, donde se retrata el estar intranquilo por la falta de algo, la responsabilidad del deber y de estar complaciendo a un alguien, pero no por obligación, sino por amor. Un amor que resuena en las paredes de una habitación agobiante llena de brumas tristes, pero esperanzadoras para continuar con la vida y no dejar la pasión que se tiene.
La vehemencia musical de Kevin lo llevó a crear uno de sus proyectos más grandes, la banda ‘Obvio Microbio’, una banda conformada por Alex Restrepo (Teclado), Sebastián Sánchez (Batería), Juan Miguel Palacios (Bajo), y el propio Kevin en la voz y guitarra, que se ha convertido en su trabajo más preciado, que cada vez crece más y más logrando el reconocimiento de la escena musical cucuteña con la psicodelia fusionada con la cumbia y el rock progresivo.
La trayectoria de Obvio Microbio no ha sido fácil, ser una banda cucuteña trae consigo varias dificultades y esto lo sabe Kevin, que con su dinero y los microbios (miembros de la banda), han ido sacando adelante el proyecto, presentándose en diferentes lugares de la ciudad y sacando su música en plataformas para que todos puedan disfrutar su trabajo.
«Obvio Microbio es lo mejor de lo que he hecho parte musicalmente, es una bola de nieve que espero nunca pare de crecer»
Obvio Microbio refleja la creatividad innata de Kevin, pero también de los demás integrantes, quienes en los ensayos improvisan sesiones en vivo (jams), donde cada uno aporta algo nuevo e innovador para las canciones de la agrupación, pero no solo se queda en el estudio, pues en las presentaciones en vivo hay muestra de ello, la puesta en escena, la interacción con el público y los visuales que exploran toda una variedad de sensaciones que involucran los medios sonoros instrumentales con el sentimiento humano.
Kevin por medio de la música encontró la herramienta perfecta para expresar lo que siente, es su forma de transmitir sus emociones y que los oyentes logren estar en sus pies, convertirse en uno solo a través de pasajes sonoros, inspirando a otros a crear lo que les gusta, sin importar los obstáculos que surjan en el camino, pues para él, el arte no es solo un entretenimiento, es una forma de vivir.
Ser músico no es fácil, y en una ciudad como Cúcuta resulta un poco más complejo, pero con el esfuerzo y su pasión por crear arte, Kevin ha logrado cumplir sus sueños y gracias al apoyo de los oyentes han generado un ímpetu en seguir creando un arte que se sale de lo convencional.
Kevin considera que el hacer más arte, ser más autocritico es el pilar principal para que la escena musical cucuteña crezca; el desligarse de tocar un cover y hacer realidad las ideas que habitan las mentes de los artistas de la ciudad y el departamento.
Por ahora, la exploración es su principal punto de enfoque; sin embargo, sus ganas por saber tocar la guitarra con mucho más técnica y sacarle todo el provecho que el instrumento ofrece, es su meta futura y con esta seguir componiendo canciones y convertirse en un gran artista de la ciudad.
Aquí puedes oír las canciones de esta agrupación cucuteña: