El mandatario coreano Kim Jong-un dispuso confiscar los perros domestico de Piongyang, para el son un símbolo de la «decadencia capitalista», en el cual cree que es un gusto burgués, el cual debe ser erradicado de su cultura.
Sin embargo los dueños de las mascotas temen de que sea una medida secreta del mandatario para enfrentar las escasez de alimentos que presenta el país, los perros podrían ser usados para darlos como comida.
Los animales tienden a tener una fuerte carga política en medio de la dictadura del mandatario, pues las clases altas del régimen suelen verlos como un símbolo de poder en la región, sin dejar a un lado que han aparecido en programas de televisión estatal.
“La gente común cría cerdos y ganado en sus porches, pero los funcionarios de alto rango y los ricos tienen sus propias mascotas, lo que avivó cierto resentimiento. Las autoridades han identificado hogares con perros de compañía y se está obligando a que sean entregados o confiscados por la fuerza y sacrificarlos”.
Fuente: Anónima
Los dueños de los perros temen que sean usados para alimentar a la población que esta siendo afectada por situación económica que se presenta y que según la ONU el 60% de los 2.25 millones de habitantes de Corea del Norte enfrentan «escasez generalizadas de alimentos».
Para la Península de Corea, la carne de perro todavía sigue siendo un manjar, aunque en Corea del Sur se ha ido desvaneciendo está tradición de comer perros, sin embargo, sigue siendo un elemento básico en el menú del norte. La carne de perro es popular en meses de verano en donde la sirven en sopa picante y estofados con verduras.
A pesar de Kim Jong.un, en 2018 le obsequió una perra de caza llamada Gomi, al presidente surcoreano Moon Jae-in, como muestra de distensión en las relaciones entre las dos naciones, ya que se creía que el mandatario era amante a los perros, lo cual causó mucha impresión en sus habitantes.