Una mujer sencilla, humilde y guerrera, así se describe Yanet Támara, a sus 53 años de edad, quien desde hace 12 años atrás decidió entregar el resto de su vida para ayudar a los felinos de Cúcuta y su Área Metropolitana.
Desde ese 5 de septiembre del 2008, cuando encontró a una cuadra de su casa a una gatica de horas de nacida, golpeada y abandonada, en su corazón despertó el amor por los felinos, un amor que siempre había existido, pero el ver la vulnerabilidad de un ser vivo en esas condiciones la llevaron a darle un giro de 180° grados a su vida.
En ese momento Yanet, rescató y adoptó a ‘Pelusa’, como decidió llamarla, pero además siguió adoptando a cada gatico indefenso que veía en las calles, llegó a adoptar 27 gatos y los albergó en su casa y apróximadamente 70 gatos más que los tenía al resguardo en un refugio improvisado que ella misma adecuó. Asimismo, alimentaba a 26 gatos más en distintos puntos de su barrio.
Al trascurrir apróximadamente cuatro años en dicho refugio, los dueños del terreno decidieron alquilar el lugar. Los nuevos inquilinos derrumbaron el refugio improvisado que Yanet con tanto amor y esfuerzo había logrado construir.
Esto le generó mucha tristeza y dolor, al saber que no todas las personas tenían el mismo corazón que Dios había puesto en ella. Pero esto no fue un impedimento, no se dejó derrumbar, al contrario, este hecho la llenó de más fuerza para seguir adelante con su sueño.
Por medio de sus redes sociales hizo un llamado a todo aquel que quisiera ayudarla, comentando que necesitaba un lote donde crear el tan anhelado refugio para sus peludos y como si fuese un milagro un día recibió una llamada del señor Edgar Peñaranda, quien sin ningún interés le facilitó un lote abandonado, donde restauró nuevamente su refugio, y a pesar que el lugar estaba en malas condiciones, Yanet no perdió las esperanzas sino por el contrario tomó más fuerza para arreglarlo y fue con la venta de rifas, postres, entre otros productos reunió fondos para adecuar el refugio.
Todos los días llegaba sola a las 7 de la mañana, hacia oficio, les daba comida y agua a los gaticos, caminaba hasta un pozo de siete metros de largo para sacar agua, con un balde y una cuerda, oficio de todos los días.
Y fue así como poco a poco, Yanet ha logrado adecuar el lugar con mucho esfuerzo y con la ayuda de personas generosas que le donan alimentos, le compran los productos que vende, se anotan en sus rifas, le regalan implementos para ir mejorando cada día su refugio y dándole gracias principalmente a Dios por ser su guía en este largo proceso.
Actualmente ‘La tropa Gatuna’ cuenta con alrededor de 600 felinos, los cuales diariamente consumen 4 bultos de concentrado, que equivalen a $160.000 pesos, también tiene cuatro empleados, tres de ellos realizan las labores de aseo general y el cuarto es un auxiliar veterinario.
Yanet afirma tener un corazón 100% gatuno, y asegura rescatar, restaurar y reubicar todos los gatos desamparados que se crucen en su camino por el resto que le quede de vida.
Redacción: Mariana Unibio
