Jhonier Anaya: de Comunicador a Docente rural en Tibú

Jhonier Anaya Vera, estudiante de Comunicación Social que encontró en la docencia una profesión que va más allá que solo enseñar.

En el corazón de la zona rural de Tibú, Norte de Santander, donde las montañas dibujan el paisaje y las trochas marcan los caminos, Jhonier Antonio Anaya Vera encontró su lugar. Este joven estudiante de Comunicación Social y actual docente de primaria en la Sede Guachiman Bajo de la institución Educativa Horacio Olave Velandia – Pacelli, comparte una historia que desafía los estereotipos, conecta generaciones y transforma vidas.

Desde su infancia, Jhonier vivió rodeado de un compromiso ferviente con la enseñanza. “Mi mamá, mis hermanas, mis cuñados, hasta mis primas son docentes”, comenta. “Crecí viendo su entrega y el impacto que tienen en la vida de las personas. Fue imposible no sentirme atraído por esa misma pasión”.

La decisión de postularse al Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) fue más que un paso profesional; fue un acto personal. “Mi mamá lleva 15 años trabajando en esta área. Postularme significaba estar cerca de ella, recuperar tiempo perdido y aportar a una comunidad que necesitaba educación. Sentí que mi trabajo aquí podía marcar una diferencia”.

Originario de Cúcuta, Jhonier describe su adaptación a la vida rural como un “choque emocional”. Las costumbres, las vías destapadas y la ausencia de comodidades como luz e internet eran desafíos cotidianos.

“Al principio, la incertidumbre pesaba. Tibú tiene una reputación marcada por el conflicto armado, pero aprendí que haciendo las cosas bien y mostrando respeto, la comunidad te acoge con los brazos abiertos”.

Los trayectos diarios por trochas empinadas y llenas de obstáculos se compensaban con la calidez de los niños que esperaban en las aulas. “Cada sonrisa, cada mirada de asombro cuando aprenden algo nuevo, hace que todo valga la pena”, asegura.

Si bien su formación académica no estaba orientada a la docencia, Jhonier encontró en la Comunicación Social herramientas valiosas para conectar con los estudiantes. “La comunicación asertiva, la creatividad en los proyectos transversales y el manejo de la población han sido fundamentales. A pesar de no haber estudiado para ser docente, con el apoyo de mi mamá y mi formación previa como normalista superior, logré adaptarme”.

El pasado 20 de noviembre, Jhonier vivió su primera clausura escolar, un momento que describe con orgullo: “Los padres me demostraron su agradecimiento. Sentí que mi esfuerzo estaba dejando huella no solo en los niños, sino también en la comunidad”.

A pesar de las dificultades, Jhonier ve en su labor una oportunidad para transformar vidas. “Trabajar en un lugar con tantas carencias me ha hecho valorar las pequeñas cosas. A veces pasamos días sin electricidad o conexión, pero eso no me detiene. Uso mi creatividad para enseñar y seguir adelante”.

Hoy, Jhonier combina su formación en Comunicación Social con su experiencia como docente, soñando con culminar sus estudios, obtener un componente pedagógico y continuar dejando una marca positiva en la educación rural. “Esta experiencia me ha cambiado. Amo lo que hago, y estoy decidido a seguir aprendiendo y creciendo para brindar lo mejor a mis estudiantes”.

En cada rincón de Guachimán Bajo, su historia inspira: la del joven que dejó las comodidades de la ciudad para enseñar en las montañas, demostrando que la vocación y el esfuerzo pueden transformar cualquier desafío en una oportunidad para construir un futuro mejor.

Redacción: Sara Gabriela Noriega Alba.

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